juanitorisuelorente -

domingo, 25 de octubre de 2015

MADURO JOVEN (Romance)

(Imagen de la red)






















La propia vida resbala
a ser infinita noche
porque es tiempo de caída
y de cobijarse el pobre.
Por los siglos del instante
despierta el ayer del hombre
si el presente es una losa
donde el mañana se esconde.
Desolado yace el ánimo,
la quietud muestra sus dones,
sangra la sangre que abunda
y enrojece el horizonte.
En cuerpos de la inocencia
la amenaza cruda rompe
a dentelladas los sueños,
hasta el último resorte.
Va mitigando su frío,
ya son mas tenues las voces
del sentimiento de culpa,
para colmo nuestro azote.
Aún en edad temprana
se avecina la hecatombe,
viejo para renacer
y para el ocaso joven.
Solitarias nubes quietas
que agonizan sin adonde,
las imperceptibles víctimas
que el sistema ya no acoge.




No hay comentarios:

Publicar un comentario