Así ha ocurrido lo que no puede cambiar,
así ocurre lo que no cambia. Trotan
caballos al oído, la sangre hierve hasta
calmarse. Allí donde fuiste otras veces
está lo más lejos que has visto, el dolor
te trae su gozo y sus nombres en silencios
que acuñan murmullos. Ahora te abrazas
al duelo prematuro y despedazas paisajes
como rostros únicos. Obra el tiempo
la nada con adobes que de ti se gastan:
instantes de deseos cautivos.
(de "Otro lugar en mí", 2008)
El tiempo no para ante nadie. Te sigo.
ResponderEliminarUn saludillo.
...JUAN
ResponderEliminarvista
al frente
es su
mejor solución...
un abrazo de recuerdos llenos de emoción
j.r.s.
si a la paciencia le sumas imaginacion todo se puede convertir en una tortura o en un gozo
ResponderEliminarGracias Javier.
ResponderEliminarHe pasado por tu blog, y sí, tenemos cosas de que hablar.
Saludos
La vida en su última encrucijada, la más terrible que es la espera.
ResponderEliminarUn abrazo, Jose
La única imaginación que se le puede poner a ciertos momentos inevitables de tortura es no pensar. O pensar con firmeza en el pasado.
ResponderEliminarUn abrazo, Jose Fco
Recordar sólo los momentos felices ayuda a pasar el tiempo.Y vivir el presente como si fuera lo último infunde valor. Un abrazo
ResponderEliminarEl valor que necesitamos para vivir es el de ser siempre uno mismo, para lo bueno y para lo malo.
ResponderEliminarAsí los avatares de la vida quedan un pasito -muy pequeño- siempre detrás nuestro.
Un abrazo, Juan