Atado a los límites de su triunfo
anda el odio,
acompañado de las risas al amor,
de las malas intenciones a los surcos de la sangre.
Gigante de nieve que vocea olvido,
tiempo que hiera el corazón,
es la excusa el regreso a la noche y tu ausencia,
es la soledad que nace de ti un abismo sin palabras,
nada que nadie no sepa, y ella sepa.
Desatado de sus raíces a la tierra
anda el hijo,
acompañado de sus recuerdos imborrables,
de esa injusticia al oído que jamás podrá callarse.
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