Tres, dos, uno: arranca éste relato, dos, tres, y así sueño, siento, imagino, en noche, tarde, mañana, a quién no controlo, está, deseo. Y todo era inevitable porque había iniciado su vuelo la paloma al aceptar el mensaje de amor en sus labios, porque noté que algo me elevaba hacia las altas cumbres exploradas, y pensé que era una hermosa adolescente que abría a la luz sus pétalos de rosa. Recibió la carta y era lo que esperaba, la pasión era incontrolable y el lugar adecuado, se tersaron las arrugas y era su primera vez. Besaron sus labios la misiva y noté su calor en el aire, los cuerpos desnudos buscaron lo que sabían hacer al atardecer de su experiencia pero era albor éste cuerpo desnudo que no sabía nada y conducía mi mano. Desnudó en su pecho mis palabras y me amó a gritos en silencio, mientras buscaba algún síntoma, algún leve motivo que no fuese arrepentimiento, sentimiento de culpa imaginando su mirada tierna, su cuerpo delicadamente mío, temeroso, inquieto. Al fin había entrado en su mundo, en la profundidad de su pensamiento, ansiando dar, recibir amor , pero buscaba, buscaba y no había nada, sólo un efímero abrigo en la soledad tardía, aunque disfruté, disfruté amando lo que era mentira.
Pues de eso se trata, de disfrutar, de extraer de la vida lo que ésta pueda o no pueda darnos, aunque sea con el auxilio inestimable de la imaginación. Buen texto, saludos :-)
ResponderEliminarLa imaginación es un mundo encantado dentro del mundo de demasiadas otras cosas.
ResponderEliminarGracias Ana por tu visita. Un abrazo