En su cauce,
despacio es mucho después de la sangre.
No se hizo el afán para el que elude,
apenas rostro entreabierto,
si su labor termina a solas y en su mundo,
y es vida que no atestigua la que abre.
Aprender despierto son pasos que han gozado,
que encienden sin nostalgia la llama que pervive
y no deja grietas en la vida que aprende a refugiarse
ni persevera en lo que ha de rendirse a la evidencia.
Tiene su sostén lo apenas imprevisto,
la caricia que se aloja en lo que ya no podrá nunca,
tiene oficio el exaltar una salida,
lluvia que esparce el sentirse satisfecho.
Tantean destino las manos,
les hace sitio la palabra que no miente por costumbre.
...sea
ResponderEliminarcauce
asi
o no
me encauzo
de ellos
yo...
con afecto JUAN :
j.r.s.
En el pulso a la vida todos pierden, pero ese no es motivo suficiente para darse siempre por perdido.
ResponderEliminarUn abrazo, Jose