Eran tres, una sola de la mano,
lo correcto, lo estrictamente correcto,
y lo religiosamente correcto, ojos
de arpía que hallaron lo necesario,
lo humanamente necesario, lo
religiosamente necesario como norma,
y a la razón.
Eran tres, tres en una, bruja
de lugares fríos, fija en puntuales
rezos, en los corros de brujas
de sumar ausencias, de averiguar
motivos. Mala cara,
gestos, tras las sonrisas de impostura.
Eran tres, tres, tres lobas tiernas ovejitas
en los besos.
Según reza el dicho popular: "Tres.., eran tres las hijas de Elena. Tres..., eran tres, y ninguna era buena"
ResponderEliminarFeliz fin de semana, estimado amigo. Un abrazo.
De tres intentos ninguno se pierde, de tres intentos se aprende para tener si cabe otros tres.
ResponderEliminarSi, bruja de lugares fríos...
ResponderEliminarSaludos y buena tarde.
Y otro que dice: "Dios las cría y ellas se juntan"
ResponderEliminarUn abrazo Mª José
Pero tres por tres son nueve, Jose Fco, y ya les vale con uno, con uno bueno.
ResponderEliminarEscalofríos por partida doble.
ResponderEliminarSaludos, y gracias por tu visita