Pienso cada vez más en la fatiga,
en la distancia que se opone a ser placer,
culto a la carne y su memoria.
Pienso cada vez más en los huesos
torturados, en el roce que ha perdido su silencio,
en las caricias que ya sonrojan lo imposible.
Pero pronto
pienso en lo cruel como belleza de otro modo,
preguntas y respuestas lógicas a una avidez tardía,
recuerdos y presente que han de respetar el orden.
Pienso hasta que convierto pensar en olvido.
Como dijo García Marquez: "Es inútil pensar en el amor cuando el cuerpo no acompaña al alma"
ResponderEliminarVivimos a nuestra edad una época de sueños imposibles en que hasta enseñar nuestras vergüenzas nos produce sonrojo.
No sé qué ha sido lo que querías decir, pero una vez publicado cada uno lo interpreta a su manera. A mí me ha hecho reflexionar de esta forma.
Un abrazo
¡Ay amigo Juan, en qué estarías pensando!.
ResponderEliminarNo, la verdad es que iba por lo del trabajo, pero es que a cierta edad le puede ir bien a todo.
Un abrazo
Gracias Érico por tu invitación.
ResponderEliminarNos veremos.
Saludos
...canas
ResponderEliminarson a
veces
ganas
ya oro
del arar
hados del tiempo...
un furte abrazo JUAN :
j.r.s.
Consigues, Jose, sorprender y volver a sorprenderme.
ResponderEliminarUn comentario para enmarcar.
Gracias, y un abrazo