(Cuando un jefe se convierte en un ogro le suelen salir Príncipes Valientes).
J. R. L.
“Soy el jefe y aquí mando yo” sería una frase correcta si el tono no rozase el grito y la intención no elevara al jerifalte a la categoría de monstruo en vía de pisar a un gusano.
La autoridad es un derecho del jefe y la escala de valores que le ofrece infinita. Queda pues a su buen criterio o memez andar del color blanco al gris –soportable- o al negro –negrero- o pasar la triste barrera que conduce al nivel rojo –hijodeputa-.
Situaciones creadas que, positivas, pronto hayan el advenimiento general y en teoría –del nivel blanco transparente se abusa- se lo premian con esa alegría de estar que resalta en modo productivo, o, en caso negativo, va derivando, por la tensión, el malestar, el sinsentido, a un paulatino enfrentamiento –en la sombra- y que sólo provoca el producir lo justo, y menos.
Las dos frases favoritas del dictador:
1.- “Tú no eres aquí nadie”. Ésta es un insulto que les pone sobre la mesa un espejo donde deberían ver la clara evidencia de quién es de verdad nadie para decir eso a nadie.
2.- “Si te interesa bien y si no ya sabes”. Mucho más común este es otro insulto que normalmente va dirigido a los pollos del corral y nunca al gallo.
Mundo de Yupi, de padrino, de señorita Rotelmeyer para demasiado déspota, tirano, dios de pacotilla, y tiempo aciago –por la crisis- para la frase favorita, “métete la empresa por el culo”, de los que han de seguir soñando con el día de dar un puñetazo en la mesa.
...estoy muy harto JUAN DE LOS JEFES,se creen por un peldaño que pueden hacer todo el daño pausible posible...crasa equivocación....
ResponderEliminarun fuerte abrazo:
j.r.s.
Ser jefe es mérito de los que saben. A los otros, menos jefes, se les llama lo que sean.
ResponderEliminarUn abrazo, Jose