juanitorisuelorente -

viernes, 8 de abril de 2011

ESPIRAL

Primero fue tu mujer,
más tarde fue tu hijo quién te dio la espalda,
hoy te echan de tu casa.
Sigues dando vueltas
y ninguna hacia afuera.
Te acercas al punto fijo:
cualquier ladrillo en el muro.
La nariz frente a su frío,
los ojos ante la nada.

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