Dura como un corazón dominado, seria
de ir muy lejos, descubro blandura, sonrisa en el descuido,
alguna pregunta que poder hacernos.
Pasas, vas y vienes a diario y ya no eres
la extraña del primer día -extraña sólo
de no saber quién eres-, sino la musa
que, ajena, pide ser poema, latido, cuerpo antes que palabra.
Sangre de mis ojos -al pie de la carretera
hacia la bruma, silencio que estaciona las agujas
del tiempo, paréntesis a la intemperie, fuego
por donde llueve, sangre, luz encendida, frontera líquida-,
en torno a mí.
...y se hace
ResponderEliminarforma
beso
ardiz
tenor
y luz
inspiradora...
un abrazo muy fuerte JUAN :
j.r.s.
belleza
ResponderEliminarjuventud
sangre
pasión
vida.
un gusto leerte
Mario
Tienes razón, Jose. Habrá quién se inspire en la naturaleza, pero yo no sé hablar de otra cosa.
ResponderEliminarA lo mejor hay feeling.
Un abrazo
Es así, Mario, pero de las cinco palabras que has citado sólo puedo quedarme -a muerte- con las tres últimas.
ResponderEliminarPregunto y es lo que me dice la vida que pasa.
Un abrazo desde esta tu casa
El fuego de la pasión contenida parece mostrar tu poema. Un placer leerlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Fuego y pasión contenida por la firme presa de la razón, y el respeto.
ResponderEliminarDos no hacen si uno no quiere, y en este caso hay dos. Pensar y soñar nos lleva a otro mundo aunque nos mantenga en éste, amigo Juan.
Un fuerte abrazo