Enfrente
ganas en movimiento,
dichosa de súbitos colores,
enfrente
giras la vida rígida, el porqué
infinito
que nos tiene condenados a no
vernos.
De algo lejos
sonrío y percibo la alegría
que restituye, veo abrazos en los
brazos
caídos, noto besos sin el acoso
de su tiniebla,
sí, de algo lejos,
como se mira la voluntad
suspendida
en el alambre.
Pasión debida.
Lejos de aquí,
a dos pasos,
me es suficiente tu silueta, el
amor
que espera a los mismos cuerpos,
su sitio,
lo entrañable,
su silencio, palabras, colores,
árboles, pájaros;
y mientras que espere el ansia de
liberar al dolor
de su rutina:
rabia, impotencia, lágrimas,
sin horizonte.
sin horizonte.
Juan como siempre un texto cercano y emotivo.
ResponderEliminarCuando frente a nosotros está lo que queremos lo demás puede esperar.
Además me encantan tus haikus
un besito
Gracias Pepi. Si algo me encanta de la poesía es poder expresar algo en cuatro palabras locas, que decimos por aquí. Es lo que más me gusta de los Haiku, su aparente simplicidad. Un abrazo
EliminarMuchas veces sucede que nos produce algo de impotencia, no poder tocar de cerca lo que se percibe de lejos, o tal vez tenerlo tan cerca y sentirlo tan esquivo o ajeno.
ResponderEliminarBesos y abrazos alados, Juanito.
No hacerle cuando se debe el caso debido, y ansiarlo cuando está algo lejos. Somos así Diana. Un abrazo sin alas
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