DE SUDORES
Ya no me tallan sudores los surcos
del rostro y yo quiero mi forma.
¡Tan difícil resulta dejarme en paz!
Yo sudaba deprisa, toda una cesta
al acabar el día.
Y moría de sed.
¿Debo recordar esto para notar la humedad?
No consigue engañarme sudar con ganas
si no hacer nada apenas abre los ojos.
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