Para
vernos andar,
como
creo oír,
me
muero de hambre
olvidándote,
como
a la desnudez
o
a volar cuando llueve.
Preguntar
cómos
que
desatan perderte
lleva
a mis nuncas,
si
nunca tan mar,
nunca
tan sol, silencio
tan
ciego de luz
para
encender tu nombre
una
y otra vez. Siempres
de
todo cuanto muere amando,
con
mil mundos en la mano,
y
nunca
de
mí.
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