No se hostiga
y tu odio avanza.
Penetra otros cuerpos,
y crece
sin necesidad ya de alimentarse.
El pasado son pasillos oscuros y silenciosos,
cientos de puertas que esperan pacientes
ser abiertas.
Dentro, condenados a girar sin rumbo
tantos recuerdos
que no ardieron
de esa llama que prendió la nada.
Hasta que se aburran
o los deshaga el tiempo.
Te marchaste a un lugar inaccesible
para mí, y a veces odio lo que me he perdido.
Siempre me ocurre cuando lo sufro demasiado.
Deberías entender que
no siempre somos gigantes
y logramos que tiemble la tierra.
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