Más allá del temblor por los cuerpos
rotos está la luz que cruje al otro lado,
más verbo que la adolescencia y su vida perra
tuvo luego el amor sin idioma, el hecho
de seguir vestidos de nosotros mismos, nuestra historia.
De palabras nuevas funde el calor a la nieve
que aúlla -muros construye su latido-. De odio,
dentro, no queda nadie. El sol empuja lo que resiste
en los tejados de la casa, y duele el modo que no la pérdida.
Ya hicieron lo que hacen, eso indica
que lo negro es fruto de lo negro. Es el fin
tan solo, fin como otros fines que recuerdo.
Así se ha ido mal crecido
lo que nunca fue corazón ni sangre,
así se quiebran los nombres y la esperanza,
hacha que corta por fin el último hilo,
tan escondido, tan invisible.
...asa
ResponderEliminarasí
sea
es
tal
vez
frágil
el
hilo
del
que
pender
es
siempre
con la
memoria
muerte
la unica
verdad
JUAN
de que
disponemos
los mortales...
un abrazo juan:
j.r.s.
Hay hachas que destacan con nota en dar hachazos y no precisamente para cortar leña o carne.
ResponderEliminarPendía de un hilo lo que no necesitaba cortarse con tanta saña. Sin dolor de corazón.
Un abrazo