Alguien, que no sabremos nunca,
nos pone caras,
alguien, que no sabremos por qué,
nos sorprende viniendo a buscarnos.
Alguien que al parecer
busca algo de nosotros,
alguien que en confianza
logra que se encuentren nuestros pasos.
Y nosotros ni siquiera
-sin mostrar un sólo gesto-
vamos atando cabos.
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