Donde cabe la quietud el tiempo no pasa.
Roza sus hojas caídas, se escurre, y te cuenta sin notarlo.
Hasta donde persisten tus huellas
quedan cuentos expuestos,
en esas tierras de detrás
que contaban tus horas
estando igual de dormido.
No hay hechos, ni alegría, ni pena, ni olvido
en la suma o resta sin ganas,
tuviste oficios sin sentido
que tranquilos acariciaron cada día los huesos,
y hoy canas.
Apto o inútil
has vivido tanta, tanta vida,
sin saberlo siquiera.
Listo o tonto
que te llamas,
no te llaman
...no
ResponderEliminarse o si
ser haragán
canto a vid
flor de un dia
bendita sez
su sabor
supo a ella...
un abrazo JUAN :
j.r.s.
¡Cuanto cuentista ha vivido en la mentira de ser -incluso de verdad- sin haber dado un palo al agua!
ResponderEliminarY la mayoría de los que conozco -alguno cercano- ha tenido suerte.
Desde luego yo no sé como lo hacen -ni creo querer saberlo-
Un abrazo, Jose