No es fácil.
Las lunas que se evitan,
el espacio limitado,
mirar el reloj,
que esté la gente en calma,
buscar algún rumbo medio
ciego,
un nubarrón,
disparar con silenciador,
morir unos segundos...
Y no es fácil.
Hay besos donde no estamos
nunca
-a bocajarro, desde luego-,
y escuchas a los pezones
por la parte apasionada,
hay cuerpos volcados
por lo más sagrado con la
tibia excusa
de que uno no quiso, y todo
es un mar de palabras.
Así que no es fácil.
En la luz no entramos nunca
y no podemos ir muy lejos,
tiene ojeras la injusticia,
no se raja una camisa
ni el hambre es
transparente,
tan sobrio el deseo
como exaltado el cambio de
opinión,
y en eso estamos de acuerdo:
nada que defender
con el alma a solas.
Aprendo de ti
demasiado deprisa
y cada vez es menos fácil.
Cuando hay un confuso
traqueteo
una mano intenta lo que
quiero
y no se anda ni a la
inversa,
y se bebe todo
por última vez,
cada vez.
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