Pasó el tiempo de delante,
el que solo era mañana,
el que del quehacer emana,
siempre del hoy aspirante.
Ahora es un muerto andante,
un pedigüeño usurero,
y si hago ya es sin esmero,
no quiero.
Ahora con buena boca,
en los ojos solo el precio,
a atrapar al primer necio
que ni al hambre así
sofoca.
Aunque sea lo que toca
y haga cosas casi a cero
yo no me tiro al albero,
no quiero.
¡Ay, aquel tan detallista!
Motor de la inspiración,
con la justa aportación
y la espera a años vista.
¡Qué cambio, Dios nos
asista!
El edén del farfullero,
ser maestro jornalero
no quiero.
Pero si la sangre aprieta
y la edad mira el abismo
para qué ser uno mismo
si el tiempo hace la maleta.
Uno nace con la veta
y la rindo al porculero,
pero quitarme el sombrero
no quiero.
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