Lo más serio de un amor de
verdad
es su enfado.
Su línea tan delgada
ata y ata nudos
a ni una sola vez más.
Grita
y sube por las paredes
sigues igual,
y me tienes harta.
Todo al agua y con visos de
pez.
La rabia hunde estar bien
pero sigue a flote
porque se (es) nada.
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