Tropezar, lo hago bien,
ya lo he hecho otras veces.
En distinta piedra
pero en igual fracaso.
Quién mucho falla
alguna vez acertará de lleno,
o no, qué pena.
Porque tropezar espabila al reincidente
y a su doctrina.
Que ya no mira del placer para abajo.
Para ser llano hay caminos sin una piedra.
Tropezar forma parte de vivir. No hay caminos sin piedras y los que parecen llanos acaban en precipicio.
ResponderEliminarUn abrazo dominguero, Juan.
Hola, Laura.
ResponderEliminarSoñar, las ilusiones, las emociones, son parte de eso.
No hay que tener miedo a equivocarse. Don Perfecto no está en la lista de mis amigos, ni conocidos.
Un abrazo, amiga