Muerden la mano que les da de comer
los perros del hombre. Hay odios
que el amor hospeda a sabiendas.
Que la palabra hiera solo se le ocurre
a quién la tiene en guardia. El poderío
sin poder no puede, ni puede.
Quien sabe y no sabe lo que quiere
sabe, pero no. Te digo, dos caminos
tiene un buen final: uno dignidad y respeto,
el otro respeto y dignidad.
perfecto perfecto amigo! cariños!
ResponderEliminarPreferiría que fuese perfecto el tema del poema.
ResponderEliminarSon "otros López", que decimos por aquí.
Gracias por venir, Susana.
Un abrazo.