¿Qué hay más allá de la vida?, sigue siendo una pregunta tabú para una sociedad sin demasiado interés en saber la respuesta.
La película de Eastwood abre la puerta a esa incertidumbre y aunque no nos responde absolutamente nada deja el sabor dulce, agridulce, de todo lo que rodea a la muerte justo en su frontera, a uno y otro lado.
Y allí nos muestra a clarividentes, vividores, a escépticos; nos ofrece testimonios de quienes han vivido una experiencia extraña, sorprendente, y están convencidos que algo continúa después del fin de los cuerpos aunque ninguno sepa explicar exactamente qué ni adonde.
Hermosa película que, como otras, deja a la imaginación de cada uno el campo libre aunque casi siempre desde un estado de paz interior. Raramente derivando hacia un clima de fracaso y hundimiento.
Es otro bello canto a la fe, a animarnos a seguir confiando en esta vida aún sea sin futuro final ni respuestas, a seguir depositando –aún sea sin convicción- la esperanza en esa luz, lejana, que parece ser el verdadero camino.
Estos dias estoy dandomuchas vueltas al tema dela muerte. Iré a ver la peli. Gracias por aconsejarla.
ResponderEliminarHola Milagros:
ResponderEliminarDe Eastwood me gustan todas sus películas como director, y ésta no podía ser menos.
Saludos