La vida cuesta aunque no sé cuanto.
Tiene valor escuchar sin saber lo que digo,
que es contar hasta diez por tener algo que contarte.
Ya sé, así, por mí,
nadie pondrá la mano en el fuego si no ardo,
y si ardo qué podría apagarme una sola mano.
En ésta guerra que empiezo y ya acabo pierdo
pero gano en no andar por principios perdido.
Poema: tierra, agua, viento.
Nada de ti, y a no morir en el intento.
...no siempre
ResponderEliminarpaciencia
y contar
hasta diez
vam juntas
ardemos JUAN
y eso ...asi
asi eso es algo
a veces imposible
de controlar...
me encantaron tus entradas repetidas
yo te las debo agradecer ,con afecto a tí
recibe un fuerte abrazo , tu amigo :
j.r.s.
Un poema que sumerge en profunda reflexión.La verdad es que no se vislumbra ninguna luz al final del tunel que atravesamos.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
José Ramón, prefiero mil veces arder que quedarme helado aunque como tú dices pueda a veces ser -o parecer- descontrolado.
ResponderEliminarUn abrazo
Negro, muy negro, está lo negro, amigo Juan, y más negro quieren pintarlo. Y nosotros mientras de pintores parados.
ResponderEliminarUn abrazo