Es
ahora
descarada
la alegría.
Ser
feliz sin el cuidado
de
respirar. No se ahoga
la
esperanza, la alimentan
nuevos
hilos. Se repiten necesitos
tras
el alto de los besos.
Mirarse
es un encaje de brillos.
Lo
tuyo nos pertenece.
Nos
hundimos otra vez por esos mundos
el
tiempo que nos dura su milagro.
Se
desborda en lo profundo
lo
imposible.
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