Hay
días que sostienen
nuestro
peso de puntillas,
días
que se explican honda,
largamente,
y
nos llevan corderitos a su lado,
días
que nos muestran la belleza más radiante,
y
al dolor como escudo innecesario,
son
aquellos que trajeron a otros días
donde
nunca ha faltado qué decir,
son
los días que yo quiero afilados,
los
que nos pinchan en su afán por repetirse.
Son
los otros escalera que desciendo,
que
no escriben ni siquiera sobre ti.
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