Están todos ahí.
Mientras te parezca que quedan días
aunque te parezca que a la vez se acaban,
todos están ahí.
Los tienes.
Pero te preocupa la suma
y cada vez más la resta. El final
que a lo mejor hoy te gustaría saber
y llegado su momento te mataría, siempre.
No disfruta el placer preocupado,
temeroso, de acabarse.
Vive mal la vida el miedo a ser.
Pena da dar pena. ¡Joder!.
Cuesta creer que con cuarenta y tantos
-cinco o seis-
una mente torcida pueda enfermar
a un cuerpo sano.
Sano, sano, aunque tengas a todos
convencidos.
(de "Perro viejo")
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