Dime.
Te digo,
antes que quiebren su voz
la musicalidad de nuestros versos,
que la soledad inunde
su complicidad y sentido,
antes que cedamos a los gestos
de un idioma vallado,
que el amor nos estalle en las manos
y no podamos reparar el daño,
antes que el placer las pase a cuchillo
y sus restos nos parezcan grandiosos,
que su énfasis mortifique
la equidad de tantos sueños,
antes, amor, que seamos presos
del mundo construido,
que el paisaje que cuidamos
las transforme en brevedad o silencio,
antes que se hundan en las arenas
movedizas del tiempo
y sólo sean estela en los labios,
rastro de ceniza en un fuego inapagable,
antes que nuevas hordas
las hagan desperdigarse,
las releguen al más terrible olvido…
(de "Idioma nocturno", 2007)
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