Aunque
escriba poesía
y
me digan cosas bellas,
me
comenten entendidos
que
hay destellos de grandeza
yo
quisiera ser humilde,
yo
quisiera ser poeta.
Aunque
me abrace la luna,
sea
de la vieja escuela,
haga
honores a la rima,
clave
en ella mi bandera
o
ande por el sol descalzo,
baje
al fondo de la tierra,
no
quiero pisar las nubes,
yo
quisiera ser poeta.
De
esos que en el corazón
mecen
todo lo que sueñan,
rehuyen
a lo trillado
y
no escuchan a la piedra,
los
que miran a través
de
las cosas más pequeñas
y
desnudan sensaciones
donde
nadie puede verlas,
de
aquellos donde la magia
siempre
está de primavera
y
se olvidan de lo escrito
porque
el hoy es lo que cuenta,
yo
quisiera ser del aire,
yo
quisiera ser poeta.
Aunque
el destino me lleve
a
rincones que parezcan
paraísos
de su nombre
de
la mano de una estrella,
haga
versos como iconos
que
en el tiempo se mantengan,
ser
poeta es otra cosa,
no
cualquiera con dos letras
y
por todo fundamento
el
ser parte de la jerga,
que
yo quiero ser del agua
el
aroma que desprenda,
a
la vez que del misterio
que
hay oculto en la belleza,
siempre
beso inmaculado
que
acaricie cada esencia,
derramado
en el azul
con
las alas mas secretas,
sin
sentirme del aplauso
ni
de sus ríos de niebla,
sino
un alma que pasee
con
la mirada y la agenda
por
lo sencillo y su fuente
que
no es ser como si fuera,
y
aunque solo esté al alcance
¡ay!
de tantos que lo niegan,
yo
quisiera ser humilde,
yo
quisiera ser poeta.
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