Tengo por la remota sangre
rendida la plenitud
si no la habita nadie.
Me sobran ojos por el desuso
y todo lo verde
que cierra sus ventanas.
Bajo los pies anda mi nube,
y en camino me encuentro
del que, impasible, se
conforma
con ser lo preciso de un
hombre distante
y que no se dice la verdad.
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