Como
el naufrago desnuda
un
lugar en el mundo, escribo
en
tu pecho desierto
sobre
la misma soledad
que
nos ampara, sin futuro
y
sin mirar atrás. Como
corazón
encendido que apaga
el
frío de los sueños rotos,
que
llama a la calle
habitar
entre tus piernas,
oler
a mar, lenguaje de tus besos,
en
un duelo para una vida,
a
pesar de que escombre
olvidos
y fracasos,
tenga
piedras hasta lo más limpio
de
la suerte. Y solos estamos juntos,
como
algo parecido
a
sentirnos lejos, caminando
a
poemas del alba, tú y yo,
solos,
si ando solo
sólo
para estar contigo.
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