Que hay muchas más personas que escriben poesía que personas que la leen habitualmente o compran incluso libros creo que es un tema que no tiene discusión alguna.
La poesía suele ser un muestrario más o menos sintetizado de los sentimientos de su autor, un fiel oído donde desahogan silencios, testamentos para uno o varios, donde delegan verdades despeñadas, muy pensadas, autenticas rarezas, verdades del montón.
La poesía para la mayoría son sólo impulsos que tienen como fin escuchar su propia voz, o como mucho mostrarla tímidamente, con escasa intensidad.
Escribirla como afición tardía es otra cosa.
Con los años lo autentico traspasa su propia frontera, anhela nuevos horizontes, ya no sirve lo guardado como tal, busca explicarse, opinar y ser opinado. Con los años los sentimientos se desangran como heridas abiertas. En ellos, como ecos, los viejos silencios anudan y anudan deseos, recuerdos, en su ansiosa fuga hacia la luz, hacia una nueva vida.
Escribirla como poeta la crea engrandecida, y necesita público, voces que la repitan y la recuerden. Llámense poetas los que despierten sensaciones, los que logren entrar en el mundo de lo nuestro.
La poesía siempre ha sido el hijo díscolo de la literatura, un hijo flacucho, a menudo enfermizo, ramplón, pero en quién sin embargo ha alcanzado, alcanza, su cumbre más alta la palabra.
Amigo Juan;
ResponderEliminarNo dejemos que la poesía esté desnutrida.
Yo, más mal que bien, trato de expresar estos sentimientos que afloran y darle la voz de los que se atreven a leerlas.-
Te deseo trabajo y salud para poder ejercerlo en este año que comienza.-
Un abrazo
Para ser poeta basta con escribir poesía.
ResponderEliminarPara llamarse poeta hace falta una aceptable sintonía entre el talento y el lector.
Es dificil pero andamos en ello, amigo Antonio.
Al menos si no llegamos demasiado lejos no nos quedará el regusto amargo de no haberlo intentado.