¿Soy pesimista porque sé de lo que digo?.
La felicidad tropieza
en su sencilla necesidad,
la risa, que no hay,
y ella sola se censura.
Es una sensación curiosa
intentar ver en vano
lo que ya he visto antes,
indagar en lo repetido
como conduciendo en dirección contraria.
¿Qué es necesario atender si se está solo,
aparte de lo elemental, pongo por caso?.
El caso es que nada tiene que ver contigo.
Ni contigo ni conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario