Tú sabes arrancarme la
ternura,
bulle en la soledad su voz
silente,
amanece a saber lo que se
siente
por mundos donde nunca fue
madura.
Nunca supo mentir a la
aventura,
ya infiel a respirar tan
indigente,
me haces ante el espejo
diferente,
tierna flor en su muerte mas
oscura.
Esa mano a su sombra ya
tendida
no le ofrece un regreso
pasajero,
tantos años sin rumbo
adormecida
por instantes con alma sin
esmero,
con los mínimos gestos
mantenida,
ya viste con corbata y con
sombrero.
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