A veces hemos hecho amanecer
apretando la verdad desnuda,
sellando las olas que arroja
nuestro seno
a la playa blanca, mordiendo
el aire
en la tierra seca, donde
cada mundo
se deshace bajo la flor
cerrada
de cada luna, y sobre el
vigor azul
que busca otoños y su gris
de plata.
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