Subiste a la excelsa y fría meseta
y te olvidaste de ellos:
nómadas del extenso llano.
Planea sobre demasiados
recuerdos de niña
tu mirada de pájaro
nuevo y libre.
Desde tu trono buscado
solo escuchas lo que importa
y sentencias inapelable
con capucha de verdugo.
Vecina del mundo lento
tu destino apunta alto.
Desfilan por ti las dolencias
de quienes no tienen cara
ni nombre.
De otros visos,
otras fiestas,
solo el dolor de la sangre
te acerca inabordable
a la pulcritud de las chabolas.
(de "Borrón y cuenta ajena", 2008)
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