Insistir en lo negro no lo aclararía nada.
Ni lograríamos ponerlo, creo, más negro.
Lo negativo está repintado de sobra de negro, aunque haya muchas más cosas que decir, más dramas que añadir, pero ¿de qué sirve?.
Andamos el túnel de otras veces, negro, negrísimo, y en un puntito de luz, lejos, lejísimos, ha de estar de nuevo la esperanza. Siempre está allí aunque tarde más que otras veces.
De culpables y sus nombres estamos hartos. No de vivir, ni de la vida que puede retomarse. Nosotros somos de los que sólo saben trabajar y eso haremos en cuanto nos den la primera oportunidad.
Tenemos nuestras preferencias políticas pero aunque ahora tengamos que unir fuerzas para votar lo más conveniente, haya uno o haya otros, los que han de producir, mover un país, siempre somos los mismos.
“Con el comunismo o el socialismo –a la derecha no hace falta mencionarla- el que cava las olivas siempre es el mismo”, he oído decir desde niño.
Salvo quejarnos, alzar la voz, protestar, gritar, nada podemos hacer que no sea esperar.
Estar expectantes, y esperar.
Nada más cierto, Juanito. Siempre somos los mismos los que estamos en primera línea en el tajo o en la trinchera.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta entrada. Tal vez te la tome prestada para responder a algún político, ahora que se acercan las elecciones.
Un saludo
Hola Juan,
ResponderEliminardebido al acomodo de demasiados, a la falta de unión del resto, a los políticos no les cuesta convencer, incluso engañar, a quienes no les queda otro remedio que creerles, y esperar.
Y esa el la cruda realidad que estamos viviendo -sufriendo- con increible paciencia.
Un saludo