MILONGAS

Pronto darán el pistoletazo de salida para que los partidos políticos nos expongan sus promesas de cara a los comicios locales del mes de mayo.
Por lo que ya andarán rebuscando en sus baúles vacíos algo que pueda ser creíble, o lo parezca al menos, a la vez que indagando en las miserias del adversario para que a todo batido se le obtenga provecho.
Los que pintan alguna cana, casi todas en mi caso, sabemos que el juego político es eso y ya no nos sorprende.
El prometer hasta el meter es un dicho popular, nacional creo, que yo no voy a continuar a su modo sino diciendo que el una vez metido hará, como siempre, todo lo prometido dentro de los medios que le faciliten, o disponga.
Ya se sabe que lo básico, lo que una ciudad va necesitando en un país moderno y democrático poco a poco hay que llevarlo a cabo y con el edil que haya de turno. Para eso no hacen falta promesas sino tan sólo ir haciendo en todo momento lo que haya que hacer sin ser jamás un obstáculo para ello.
A mí me bastaría con que sea el que fuese discursee al modo simple de haré lo que pueda dentro de lo que esté en mi mano, y queden tan sólo las preferencias en la honestidad, la confianza, que cada uno sepa transmitir. Y no por las verdades -lógicas-, las medias verdades y las milongas.