Sus vidas derivan hacia lugares drásticos. No hay término medio en las actitudes, en los modelos a seguir, para una generación de jóvenes que no logra ser autosuficiente.
El ver a la mayoría sin horizonte hace que muchos ni lo miren, ni intenten remediarlo.
Y se acomoden a un futuro a escasos minutos del presente.
La pereza es un somnífero para la fe. La atonta, la duerme, la vuelve cobarde, y unida a otras perezas forman una legión de muermos irrecuperable.
Y no les importa, o lo parece. Lo suplen por la vida diaria de domingo, por mirar con descaro a la vida que no les ha permitido ser otra cosa.
Rebeldes sin causa aunque por mil motivos.
La verdad es que deprime ver a tanta juventud sana y bien preparada sin hacer nada.
ResponderEliminarNo hacía falta retrasar la edad de la jubilación, pues en el futuro pocos podrán cobrarla ya que los jóvenes de hoy no trabajan.
Hay unsalto generacional que harás tambalearse el sistema de protección social.
saludos.
Hola Juan:
ResponderEliminarA mí lo que más me cabrea es que cuando a alguno le das una oportunidad no le interese aprovecharla.
No lo digo por todos, pero sí por una considerable parte. Que se salve el que quiera.
Un saludo