Cuando
la vida se encauza
siempre
a la larga prospera
aunque
haya tiempos en blanco
y
de la mala cabeza.
Ir
en una dirección
pisando
firme en la piedra
es
el único alfabeto
en
la voz de la experiencia,
y
puerta abierta al creativo
sin
la mano que las cierra
para
alcanzar el nivel
a
que llegue su entelequia.
Ellos
son los de delante,
almas
de bosques o sendas,
hacedores
solitarios
que
pocos tienen en cuenta,
y
menos seguir sus pasos
con
tanta mañana negra.
Modelo
es la vida estable,
aprender
lo que otro enseña,
porque
esa les suena a rota
y
con las horas muy lentas.
Ellos
son los de la suerte,
la
de la cartera llena,
o
esa de cuidar el euro
porque
a fin de mes no llega.
Y
es grande vivir así
aunque
tenga sus carencias,
decidir
por uno mismo
y
en algo llevar las riendas,
creer
ser un hombre libre,
como
rey en tanta selva.
Ellos
siempre los pioneros,
con
el mono en la maleta,
al
servicio de la gente
como
voz de referencia,
y
aunque son tan necesarios
y
de boca les veneran,
les
persigue lo abusivo,
¡con
qué morro les putean!
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