Echo de menos
el imposible sueño, su
cobijo,
la grandiosidad clandestina
como boceto siempre a la
impotencia
o el engaño. Echo de menos
su sombra,
en blanca extinción
porque el tiempo ya le niega
certidumbre, su imposible
aventura, milagro,
que estrecha mi fantasía,
llega al escollo, a la nada
donde su privilegio
termina...
No hay comentarios:
Publicar un comentario