Desnudo,
hasta el corazón erguido,
y a ti te viste
la irrealidad de mi palabra.
Lento horizonte
y el vestido que lo borra.
La luna tan llena
y vacía de pechos y
milagros.
Mucho ha muerto de una vez
aunque haya manos, ojos,
alma, por mi piel que matan.
No envejece el fracaso,
tampoco el universo
y tu abismo, tu desnudo
de otra vez.
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