Nuestro adiós es de goma,
estira el tiempo y en nosotros
continúa. Enfermas, hay palabras
que puede herir más allá del dolor
que resisten. Y con todo dicho
la mano roza la sombra. De goma
huye y vuelve la sangre,
y no se va
si en el vaivén camina todavía
a su respiro el olvido de uno al otro
hasta que todo deje de decir. Entonces,
si calla,
el silencio unirá lo que hay
a lo que hubo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario