Agrio el sol en las palabras
porque llueve en la cruz
de tu regreso. Es otra luz
en la distancia a la sombra,
el abrazo que se funde
a su idea de ser. La alegría
late en el viejo dolor, si
regresas
a todas las cosas donde no
está
el besar que has vuelto. Al
trébol,
por este poema que no sé
acabar,
balbuceo no, y quién sabe.
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