Cruzamos
noche a noche
desiertos
oscilantes. Caminos
por
trazar del tiempo desnudo.
Ciclos
en el umbral de las palabras.
Cruzamos
por poemas que vuelven
a
ser cuerpo de piel ilegible. Todos,
ecos
disueltos en el mar infinito.
Noches
donde fluye la sed
que
esperan labios imposibles.
Espacios
con tu nombre
incesante
en los espejos. Cruzamos
sin
ruido por destinos que desembocan
en
nuestro propio latido. Siempre fronteras
del
reino de la luz.
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