Andamos
el camino de los sueños,
donde
nuestra esperanza sobrevive,
donde
incluso el olvido ya es proclive
a
que de nuestro amor seamos dueños.
Los
mejores momentos son pequeños,
no
hace falta que nada los motive,
que
a la llama lo inane más avive.
si
los instantes siguen halagüeños.
Despacio,
continúa la aventura,
poco
a poco al asalto de los muros,
aires
de juventud en la locura,
e
inocencia en sus pasos muy seguros,
la
verdad de los niños es más pura
para
un camino a mundos tan maduros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario