Tras
mil poemas fetiche
de
tan limpio sentimiento
siguen
buscando en tu nombre
otros
caminos al cielo.
Tras
los millones de trazos
que
esbozaron mil te quieros
para
dar color y vida
al
amor en los silencios
nacen
las líneas sencillas
de
otro pilar a lo cierto,
sin
más verdes pretensiones
que
sentirte entre los dedos,
que
navegar un recuerdo
hacia
la isla de un beso,
para
que al leerlo siempre
sea
el instante en que te tengo
prisionera
de mi boca,
tan
mecida entre mi pecho.
Otro
poema sobre ausencias
a
ser destino a lo lejos,
como
camino de lucha
hacia
el adiós de los sueños,
universo
transparente
para
quién sepa de miedos,
de
los mares del fracaso
y
los ríos renaciendo,
para
quién sepa crecer
niño
y hombre al mismo tiempo,
con
la ternura encendida
y
los jardines al viento.
Otro
poema de sol
sobre
los campos de invierno,
con
la mirada en los surcos
donde
brota lo pequeño:
el
amor poquito a poco
hasta
ser lluvia y espejo,
otro
poema, más mil,
como
si fuese el primero.
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