Bailo
al mar
en
lo más verde del mundo,
descorro
al cielo
su
cortina de colores,
y
hundo mi boca
en
las cumbres más altas de la tierra.
Bebo
su existencia,
y
escalo tu media luna
a
cada susurro de un te quiero.
La
piel
cierra
los ojos,
y
todos nuestros ríos
se
rozan,
escriben
nombres en el muro.
Un
sol nos nace adentro.
El
paisaje que nos une
abre
grietas
donde
mueren los silencios.
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