(18)
En mi mano está
lo eterno
de tu alma de cemento,
lo eterno
de tu alma de cemento,
el ir firmando mi olvido
en la paz de tu esqueleto.
en la paz de tu esqueleto.
De mí
pide tu historia
la ceguera,
y que nada se descarne
cuerpo adentro. Que obre espacios,
sin sus secretos a la luz,
la capa mínima que corona la belleza
sin desvelar el asidero,
pide tu historia
la ceguera,
y que nada se descarne
cuerpo adentro. Que obre espacios,
sin sus secretos a la luz,
la capa mínima que corona la belleza
sin desvelar el asidero,
como flotando a los ojos,
sin memoria,
latiendo
sin memoria,
latiendo
fuera de sí.
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