Tener
amigos desnuda
sin
ambages lo que somos,
si
sentir coge las riendas
de
los silencios de oro
y
se abre como milagro
el
corazón poco a poco
a
compartir de la muerte
con
nuestra infancia de fondo
todo
universo insondable
al
que nunca fuimos solos.
Tener
amigos respira
los
instantes de otro modo,
es
un cariño de tierra
con
los caminos al hombro,
su
destino es el momento,
los
ritos blancos del ocio.
Tener
amigos es grande,
son
la sed con otros ojos,
cuando
andar es un desierto
siempre
surgen desde el fondo
con
las manos en la vida
que
repara el cielo roto.
Tener
amigos acoge,
siempre
se haya algún rescoldo,
siempre
hogar para el oído,
siempre
voz para el otoño.
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